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La inflación acentúa el deterioro de la pyme y suma 6 trimestres consecutivos con los costes subiendo más que las ventas

La elevada inflación y el incremento de los costes está determinando un mayor deterioro de la situación de las pymes, agravándose respecto al tamaño, según pone de manifiesto el Indicador CEPYME sobre la Situación de la Pyme correspondiente al tercer trimestre de este año.

Este Indicador, que mide las fortalezas y vulnerabilidades del tejido empresarial español, confirma que, durante este período, los costes globales de la empresa han acelerado su ritmo de crecimiento hasta un 23,3% más en tasa interanual, de manera que se acumulan ya seis trimestres seguidos en los que los costes crecen a un ritmo más rápido que las ventas, lo que provoca una reducción de los márgenes de las empresas que redunda, finalmente, en una menor liquidez y pérdida de competitividad.
 
Mayor retroceso de las ventas y costes acelerados
Como refleja el Indicador del tercer trimestre, la inflación está determinando un importante empeoramiento de la situación de las pymes. Así, aunque la facturación de las empresas se incrementa un 14,3%, las ventas nominales moderaron su ritmo de crecimiento por segundo trimestre consecutivo, desde el 18,2% de aumento registrado en el primer trimestre y el 14,6% en el segundo.
 
No obstante, descontando el efecto de la inflación, el Indicador muestra un descenso del -1,2% interanual en los volúmenes vendidos por las pymes, lo que rompe la tendencia de recuperación de las ventas que se había iniciado en el segundo trimestre de 2021. El incremento de la facturación en euros no oculta la reducción de los valores constantes, corregidos de la variación de los precios, que fueron en el tercer trimestre un 2,9% menos que en el mismo período de 2019 y un 0,6% menos que en el tercer trimestre de 2018.
En los últimos ocho trimestres, el incremento acumulado de los costes totales ha sido del 37,2%, mientras que las ventas aumentaron un 23,3% en ese mismo período. El resultado es una reducción de los márgenes y un empeoramiento de la liquidez y pérdida de competitividad de las empresas. El precio de la energía se incrementó, por tercer trimestre consecutivo, a un ritmo cercano al 100% en tasa interanual (99,8% en el tercer trimestre). Los bienes intermedios se incrementaron un 20,2% en el tercer trimestre, encadenando cuatro trimestres con un ritmo de incremento en torno al 20% interanual. El precio de los servicios para las pymes aumentó un 2,8% en el tercer trimestre, sumando también cuatro trimestres consecutivos con incrementos de los costes por encima del 2%.
 
De esta forma, la situación de las pymes se está agravando por los elevados costes que tienen que afrontar, en un contexto de menores ventas y de pérdida de productividad. De las 15 magnitudes económicas con las que se configura el indicador, hay varias que cobran especial relevancia en el actual contexto:
 
Fuerte incremento de los costes. El aumento de los costes totales (23,3%) está asfixiando a las pymes, especialmente a las más pequeñas. En concreto, el coste de la energía (que incluye la electricidad, gas, derivados del petróleo y suministro de agua) se ha incrementado un 99,8%; el coste de los bienes intermedios también ha crecido un 20,2%. Unos ritmos de crecimiento muy altos que, además, se vienen repitiendo desde hace cuatro trimestres.
Costes laborales disparados. Los costes laborales subieron un 5,7% interanual en el tercer trimestre de 2022. Además, las pequeñas empresas son las que sufrieron un incremento mayor con una subida del 6,6% frente al 3,7% de las medianas. Eso se explica por el impacto diferencial de la subida del salario mínimo y las fuertes subidas de las bases de cotización registrada en los últimos años. El SMI de € 1.000 equivale al 65% del salario medio de las empresas pequeñas, al 52,6% de la remuneración de las firmas medianas y al 47,3% del de las grandes compañías.
El coste de los servicios que contratan las pymes para desarrollar su actividad aumentó un 2,8% interanual en el tercer trimestre. Aunque en el actual contexto inflacionario parece una variación moderada, es la más alta desde el año 2007. Entre los servicios que más se han encarecido destacan el coste de los transportes (32,4%), el de los envíos por mensajería (11,2%) y el de los estudios de mercado (6,2%).
La inflación afecta a la rentabilidad de las pymes. La rentabilidad neta sobre el activo (ROA) se sitúa en el 3% para las pequeñas empresas en el tercer trimestre, frente al 3,5% registrado en 2019, es decir, todavía por debajo de los niveles prepandemia. En el caso de las medianas, la rentabilidad neta sobre el activo fue del 4,5%, frente al 4,2% en 2019. Sin embargo, la rentabilidad podría estar acusando el efecto distorsionador de la inflación, que puede hacer que los beneficios contables parezcan crecientes, en términos de euros, aunque los márgenes se reduzcan. En cualquier caso, especialmente entre las empresas más pequeñas, la rentabilidad es todavía muy baja y eso dificulta la llegada de inversión y de financiación a las empresas.
Restricción del crédito. Las pymes están sufriendo una restricción del crédito bancario como consecuencia de la inflación y sus efectos en términos de incremento de los tipos de interés. En el tercer trimestre, el tipo de interés medio de las nuevas operaciones de crédito para pymes registró un incremento, situándose en el 1,99%, el nivel más alto de los últimos cinco años. El problema no es tanto el nivel de los tipos de interés, sino la rapidez con que se está pasando de una política de expansión monetaria a otra de restricción. Además, en un entorno inflacionario como el actual, el crédito que consiguen las pymes alcanza para financiar una menor proporción de sus ventas e inversiones, con lo que es más costoso cubrir las necesidades de financiación de las empresas.
Las empresas pequeñas, las más afectadas
Como viene siendo habitual, el Indicador de Situación de la Pyme refleja que existe una brecha cada vez más acentuada entre la realidad de las medianas y de las pequeñas empresas que, en general, se ven más afectadas por la evolución de cada uno de los componentes de la actividad analizados.
 
Las ventas de las empresas pequeñas en el tercer trimestre son un 3,8% más bajas que las de tres años antes y 1,6% inferiores a las de hace cuatro años. En cambio, para las empresas medianas, la diferencia entre las ventas actuales y las del tercer trimestre de 2019 es negativa en solo un 0,8% y superan en un 1,5% a las de 2018.
 
En paralelo, los costes totales (insumos, laborales y de los servicios) también aumentan más para las pequeñas compañías (25,8%) que para las medianas (20,3%).
 
Esto confirma que la capacidad de resistencia de las empresas a un entorno económico adverso tiende a ser mayor cuanto más grande es el tamaño de la firma.
 
El Indicador de la Situación de las Pyme del tercer trimestre también refleja que el crecimiento del número de empresas se ha estancado sin haber recuperado los niveles prepandemia. En el tercer trimestre había un 1% más de pymes que en el mismo período del año anterior, el menor incremento de los últimos seis trimestres. Por tamaño, el crecimiento en el número de pequeñas empresas fue del 0,9%, mientras que en el caso de las medianas fue del 5,2%.
 
El número de empresas medianas es ahora un 7,2% mayor que el del tercer trimestre de 2018, mientras que el de empresas pequeñas es un 0,6% más bajo que entonces. En números absolutos, mientras ahora hay 1.770 empresas medianas más que hace cuatro años, se computan 7.200 empresas pequeñas menos.
 
Además, el tamaño medio de las empresas se sigue reduciendo. En el tercer trimestre, cada pyme tuvo, de media, 7,8 asalariados, sumando ocho trimestres consecutivos de caídas interanuales. Las compañías pequeñas cuentan con 5,87 empleados de media por firma (el menor tamaño en cinco años), mientras que las empresas medianas aumentaron su tamaño medio hasta los 87,9 asalariados.
 
Ante esta situación evidente de fragilidad del tejido empresarial español, CEPYME reclama no incrementar más los costes de las empresas y cautela en la toma de medidas para no perjudicar al tejido empresarial. Cabe recordar que para 2023, el Gobierno incrementará de nuevo las bases de cotización y los tipos por primera vez desde que se aprobara la Ley General de Seguridad Social.
 
Asimismo, CEPYME reclama desde hace meses la consideración de la empresa en los planes del Gobierno para luchar contra la inflación y pide la puesta en marcha de un Plan integral de apoyo a la empresa que ayude a aliviar los altos costes que afrontan las pymes, que apoye a las empresas en su proceso de desapalancamiento y que apueste de forma decidida por el crecimiento empresarial.

 
 
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